El selenio es un micronutriente esencial que desempeña un papel fundamental en la salud humana, siendo necesario para diversos procesos biológicos. Este oligoelemento es crucial para el buen funcionamiento del sistema inmunológico, la salud reproductiva y la producción de ADN. El selenio también actúa como un poderoso antioxidante, ayudando a proteger las células del daño causado por los radicales libres y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas, como las enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Las enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de muerte a nivel mundial, pueden ser influenciadas por la ingesta adecuada de selenio. Este mineral ayuda a prevenir la oxidación del colesterol LDL, conocido como “colesterol malo”, lo cual es un factor clave en la formación de placas en las arterias que pueden llevar a aterosclerosis, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Algunos estudios han demostrado que niveles adecuados de selenio en la dieta están asociados con una menor incidencia de enfermedades cardíacas. En cuanto a su papel en la prevención del cáncer, el selenio puede influir en varios mecanismos que contribuyen a la protección contra el desarrollo de tumores. Ayuda en la reparación del ADN y en la apoptosis (muerte celular programada) de las células dañadas o anormales, evitando que se conviertan en cancerosas. Estudios epidemiológicos han sugerido que una ingesta adecuada de selenio está asociada con una reducción en el riesgo de cánceres como el de próstata, pulmón, colon y vejiga. Otro aspecto importante del selenio es su papel en la función tiroidea. La glándula tiroides contiene una de las concentraciones más altas de selenio en el cuerpo, y este mineral es esencial para la síntesis de hormonas tiroideas. Las hormonas tiroideas son cruciales para regular el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo. En personas con deficiencia de selenio, la función tiroidea puede verse comprometida, lo que puede llevar a trastornos como el hipotiroidismo. El selenio ayuda a convertir la hormona tiroidea T4 en su forma activa, T3, y también protege a la glándula tiroides del daño oxidativo. Suplementar con selenio en individuos con deficiencia puede mejorar la función tiroidea y aliviar síntomas asociados. La deficiencia de selenio es rara en muchas partes del mundo debido a su presencia en una variedad de alimentos. Sin embargo, en regiones con suelos pobres en selenio, la deficiencia puede ser más común. Los alimentos ricos en selenio incluyen nueces de Brasil, mariscos, carne de res, pollo, huevos y cereales integrales.
CONTRAINDICACIONES Y/O ADVERTENCIAS
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