La silimarina, extraída de los frutos y semillas del cardo mariano (Silybum marianum), es una planta medicinal ampliamente reconocida por sus beneficios en el tratamiento de trastornos hepáticos y del sistema biliar. Originaria de la cuenca del Mediterráneo, el cardo mariano ha sido utilizado desde la antigüedad por sus propiedades protectoras y regenerativas, particularmente en relación con el hígado y la vesícula biliar, órganos vitales para la desintoxicación y la digestión en el cuerpo humano. El componente activo de esta planta, la silimarina, ha sido estudiado por su capacidad para estimular la regeneración de las células hepáticas dañadas, ayudando al organismo a restaurar la función hepática en casos donde el hígado ha sido comprometido por diversas afecciones. Esto la convierte en un tratamiento valioso para quienes padecen de enfermedades como la hepatitis, que inflama y deteriora las células del hígado, o la cirrosis, una condición más grave donde el tejido hepático sano se reemplaza por cicatrices que limitan la función del órgano. Además, la silimarina es conocida por su capacidad para contrarrestar el daño causado por el consumo excesivo de alcohol. Actúa como un antioxidante, combatiendo los radicales libres y reduciendo la inflamación que puede resultar de la exposición prolongada a toxinas como el alcohol, así como ciertos medicamentos que pueden tener efectos nocivos sobre el hígado. Su acción protectora también se extiende a aquellos que buscan mantener una función hepática saludable en medio de un estilo de vida que, sin ser extremo, puede incluir alimentos procesados, contaminantes ambientales y hábitos no ideales para el bienestar hepático.
CONTRAINDICACIONES Y/O ADVERTENCIAS
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